La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo. Se estima que afecta a 8,5 millones de personas en todo el mundo; y se caracteriza principalmente por temblores, rigidez y pérdida de equilibrio.

El estudio, publicado en la revista Cerebral Cortex, encontró que un historial de daño en el revestimiento del tracto gastrointestinal (GI) superior tiene un 76 por ciento más de posibilidades de desarrollar Parkinson.

Trisha S. Pasricha, neurogastroenteróloga del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) en Estados Unidos, señaló que la ciencia aún debe desentrañar por completo cómo el intestino ejerce una enorme influencia en el cerebro.

Dijo que décadas antes de desarrollar síntomas motores típicos como dificultad para caminar o temblores, los pacientes de Parkinson "experimentan síntomas gastrointestinales como estreñimiento y náuseas durante años".

Para explorar la "hipótesis del intestino primero", el equipo llevó a cabo un estudio de cohorte retrospectivo en el que participaron más de 10.000 pacientes que se sometieron a una endoscopia superior (EGD), el estómago y la primera porción del intestino delgado entre 2000 y 2005.

Después de más de 14 años, los pacientes que sufrieron lesiones en el revestimiento del tracto gastrointestinal superior, también llamado daño de la mucosa, mostraron un riesgo 76 por ciento mayor de desarrollar la enfermedad de Parkinson.

El estudio destaca la necesidad de un mayor seguimiento de estos pacientes porque puede abrir nuevas vías para la intervención temprana y las estrategias de tratamiento.

Comprender el vínculo entre el daño a las mucosas y la patología de la enfermedad de Parkinson puede ser crucial para encontrar un reconocimiento temprano del riesgo, así como una posible intervención, anotó Pasricha.