El estudio realizado por el Hospital Universitario de Odense en Dinamarca mostró que las complicaciones microvasculares, como la retinopatía y la nefropatía, son las que más contribuyen a las complicaciones asociadas con la diabetes.

Las variaciones en los horarios de sueño pueden aumentar aún más el riesgo de estas complicaciones, reveló el estudio.

El estudio incluyó a 396 participantes, con un promedio de 62 años, un índice de masa corporal (IMC) alto y que tomaban medicamentos antihipertensivos.

De estos, el 28 por ciento de los participantes tuvo un sueño de larga duración, el 60 por ciento tuvo un sueño ideal y el 12 por ciento tuvo un sueño corto.

Las personas que dormían poco tenían una prevalencia del 38 por ciento de daño microvascular. Aquellos con un sueño óptimo tenían un riesgo del 18 por ciento, mientras que el grupo de sueño prolongado tenía un riesgo del 31.

Las personas con un sueño de corta duración tenían una probabilidad 2,6 veces mayor de desarrollar la afección, mientras que el grupo de sueño prolongado tenía un riesgo 2,3 veces mayor que el de la categoría de sueño óptimo.

La edad fue otro factor, dijeron los investigadores. Las personas menores de 62 años tenían un riesgo del 23 por ciento, y la cifra era casi 6 veces mayor entre los ancianos.

"Tanto el sueño corto como el largo se asocian con una mayor prevalencia de enfermedad microvascular en comparación con la duración óptima del sueño nocturno. La edad amplifica la asociación entre el sueño corto y la enfermedad microvascular, lo que sugiere una mayor vulnerabilidad entre las personas mayores", afirmó el equipo.

Sugirieron cambios en el estilo de vida, como buenos hábitos de sueño, pero también insistieron en realizar más estudios. El estudio se presentará en la Reunión Anual de 2024 de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en España.