Pero la física cuántica es un bucle, sigue desconcertando incluso a los más experimentados pero hoy otro científico ha intentado desmitificarlo en un artículo publicado recientemente.

El profesor Carl Kocher, a través de su propia historia de vida, intenta entender este tema, desafiando la forma en que se abordan cuestiones o temas como estos.

El artículo titulado ‘Quantum Entanglement of Optical Photons: The First Experiment, 1964-67’ publicado en la revista Frontiers in Quantum Science and Technology se adentra en un territorio científico inexplorado.

Este artículo se distingue de la escritura científica tradicional al ofrecer una narrativa en primera persona que detalla no sólo los desafíos estratégicos enfrentados durante el experimento sino también una interpretación de los resultados y su significado más amplio.

El experimento tenía como objetivo explorar el fenómeno del entrelazamiento cuántico, específicamente a través del comportamiento de los fotones ópticos, un tema que ha intrigado a los físicos desde mediados del siglo XX. El autor, a través de la historia de su vida, intenta simplificar las cosas para el lector profano, siendo el tema la paradoja del EPR.

Tanto el giroscopio como la teoría cuántica aclaran el comportamiento paradójico, pero la paradoja EPR, introducida por Einstein, Podolsky y Rosen en 1935, sigue siendo un misterio central en la física cuántica. El giroscopio desafió la gravedad, mientras que la teoría cuántica explicó los átomos y las moléculas. La paradoja EPR sigue siendo un misterio central en la física cuántica.

Un giroscopio adquirido a los ocho años por el autor se convirtió en motivo de fascinación por su capacidad de desafiar la gravedad girando en un plano horizontal, comportamiento que, aunque parezca paradójico, se explica lógicamente por la mecánica newtoniana.

De manera similar, la teoría cuántica, desarrollada en la década de 1920, ha logrado explicar las interacciones atómicas y moleculares. Sin embargo, la paradoja EPR, introducida en 1935 por Einstein, Podolsky y Rosen, destacó un aspecto desconcertante de la teoría cuántica: el entrelazamiento de partículas. Este fenómeno, en el que las mediciones de una partícula parecen influir en el estado de otra, incluso a través de grandes distancias, sigue siendo un misterio central en la física cuántica.

En 1964, se diseñó un experimento para observar el entrelazamiento cuántico utilizando fotones de luz visible emitidos por átomos de calcio excitados. El experimento confirmó las predicciones de la teoría cuántica con sorprendente precisión, demostrando la realidad del entrelazamiento cuántico y desafiando la intuición clásica.

Si bien la mecánica newtoniana explica completamente el comportamiento de un giroscopio, el entrelazamiento cuántico continúa desafiando la comprensión clásica. El experimento sirve como puente, ampliando la comprensión de los fenómenos cuánticos y destacando la naturaleza "extrañamente maravillosa" del mundo cuántico.

A pesar de sus desafíos a la causalidad clásica, hasta la fecha sigue siendo desconcertante qué es lo que el autor considera maravilloso; no dice que lo haya desmitificado, pero el intento de hacerlo sigue siendo admirable.