El estudio del Instituto Kennedy Krieger, en EE.UU., demostró que la mayoría de los niños con Covid prolongado tienen probabilidades de experimentar intolerancia ortostática (IO).

Como resultado, los niños a menudo se sienten mareados, aturdidos, fatigados y pueden experimentar “confusión mental” o dificultades cognitivas.

El equipo examinó a casi 100 niños y descubrió que los mareos (67 por ciento), la fatiga (25 por ciento) y el dolor corporal (23 por ciento) eran los síntomas comunes, que solían empeorar al estar de pie pero mejoraban al acostarse.

Estos síntomas pueden dificultar la realización de actividades cotidianas como hacer ejercicio, asistir a la escuela y socializar, lo que afecta gravemente su calidad de vida.

Además, la investigación revela que la OI prevalece entre los niños que enfrentan los efectos a largo plazo del SARS-CoV-2, el virus responsable del Covid-19. El equipo encontró que el 71 por ciento de los pacientes estudiados en el Instituto experimentaron al menos una condición ortostática.

Los hallazgos explican la relevancia de realizar pruebas de detección de OI en pacientes pediátricos con Covid prolongado, ya que muchos tienen síntomas que podrían pasar desapercibidos sin las pruebas adecuadas, dijo la Dra. Laura Malone, directora de la Clínica de Rehabilitación Pediátrica Post-Covid-19 en Kennedy Krieger.

"Las investigaciones demuestran que esta afección es común", dijo, instando a un "diagnóstico y tratamiento tempranos" que ayudarán a los niños a recuperarse y volver a sus rutinas normales.

Si bien pidieron un enfoque de tratamiento multifacético, los investigadores enfatizaron la necesidad de aumentar la ingesta de sal y líquidos, el entrenamiento físico y la fisioterapia entre los niños, además de los medicamentos que controlan la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Sin embargo, Malone dice que se necesita más investigación para comprender completamente la OI.