Nueva Delhi, vivir en la pobreza podría provocar enfermedades mentales y viceversa, según un estudio.

Si bien estudios anteriores han demostrado una fuerte correlación entre la pobreza y las enfermedades mentales, los investigadores dijeron que no habían podido discernir la relación de causa y efecto entre las dos.

Si bien se sabe que ciertas condiciones mentales afectan la estabilidad financiera, los autores encontraron que la pobreza "puede conducir a problemas de salud mental". Analizaron datos del Biobanco del Reino Unido y del Consorcio Genómico Psiquiátrico internacional.

"Descubrimos que la esquizofrenia y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) contribuyen causalmente a la pobreza. Por el contrario, la pobreza contribuye al trastorno depresivo mayor y a la esquizofrenia", afirmó Marco Boks, psiquiatra del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam, en los Países Bajos.

Las personas con TDAH tienen períodos de atención cortos, además de inquietud e impulsividad, mientras que aquellos con esquizofrenia albergan una percepción distorsionada de la realidad, lo que afecta su forma de pensar, sentir y comportarse.

Para el estudio, publicado en la revista Nature Human Behaviour, los investigadores determinaron una medida de pobreza, utilizando los ingresos del hogar, los ingresos ocupacionales y la privación social.

Luego utilizaron la información genética de los participantes para distinguir los efectos de la pobreza en la salud mental y viceversa. Utilizaron el método de asignación aleatoria mendeliana, que ayuda a comprender cómo una determinada exposición (como la pobreza) provocó un determinado resultado (el desarrollo de una enfermedad mental).

"Pudimos capturar aspectos de la pobreza compartidos entre el individuo, el hogar y el área en la que uno vive. Esto nos permitió identificar mejor los efectos causales de la pobreza en las enfermedades mentales", dijo el autor David Hill, genetista estadístico de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido.

Los investigadores dijeron que utilizando datos genéticos, pudieron identificar la pobreza como algo que se puede abordar para mejorar la salud mental.

Dijeron que al reconocer la influencia bidireccional entre la pobreza y la salud mental, los formuladores de políticas pueden desarrollar intervenciones más efectivas destinadas a romper el ciclo.

"La investigación proporciona pruebas sólidas de la necesidad de examinar también factores sociales como la pobreza, cuando se profundiza en el desarrollo de enfermedades mentales", afirmó Boks.