Los estudios, dirigidos por investigadores del Instituto del Cáncer Dana-Farber en Estados Unidos, tienen implicaciones alentadoras para los pacientes con cáncer de mama.

Dos estudios se centraron en la lactancia materna después del diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama.

Estos descubrieron que era seguro y factible amamantar a pacientes jóvenes portadoras de variaciones genéticas específicas sin aumentar el riesgo de recurrencia del cáncer o de cáncer en el otro seno, y que era seguro y factible amamantar a pacientes con receptores hormonales positivos (HR+). ) cáncer de mama que concibieron después de una interrupción temporal de la terapia endocrina.

El tercer estudio demostró que un programa de entrenamiento telefónico puede aumentar significativamente la actividad física en pacientes con sobrepeso, mejorando potencialmente sus resultados.

Los estudios se presentaron en el "Congreso 2024 de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO)" en Barcelona, ​​España.

El primer estudio fue una colaboración entre investigadores de 78 hospitales y centros de tratamiento del cáncer en todo el mundo. En el estudio participaron 474 pacientes con mutaciones hereditarias en los genes de susceptibilidad al cáncer BRCA1 o BRCA2 que quedaron embarazadas después de haber sido diagnosticadas con cáncer de mama invasivo en estadio I-III a los 40 años o menos.

El segundo estudio proporciona los resultados de la lactancia materna del ensayo POSITIVO que demostró la seguridad temprana de la interrupción temporal de la terapia endocrina para intentar el embarazo. Un criterio de valoración secundario clave fueron los resultados de la lactancia materna.

En el estudio participaron 518 pacientes de 42 años o menos con cáncer de mama en estadio I-III HR+.

De estas pacientes, 317 tuvieron un nacimiento vivo y 196 optaron por amamantar. La cirugía conservadora de la mama fue un factor clave que favoreció la lactancia materna.

"Estos estudios proporcionan la primera evidencia sobre la seguridad de la lactancia materna después del cáncer de mama tanto en pacientes jóvenes que portan variaciones de BRCA que predisponen al cáncer de mama, como en pacientes que concibieron después de suspender la terapia endocrina", dijo Ann Partridge, fundadora y directora del programa. para adultos jóvenes con cáncer de mama en Dana-Farber.

Los hallazgos enfatizan la posibilidad de satisfacer las necesidades maternas e infantiles sin comprometer la seguridad materna.

El tercer estudio se basó en datos del ensayo Breast Cancer Weight Loss (BWEL), que explora si participar en un programa de pérdida de peso después de un diagnóstico de cáncer de mama puede reducir el riesgo de recurrencia del cáncer en mujeres con un índice de masa corporal (IMC) de rango de sobrepeso u obesidad.

"Nuestros resultados muestran que una intervención telefónica para perder peso puede motivar a este grupo de pacientes a ser más activos físicamente", dijo la primera autora del estudio, Jennifer Ligibel.

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