Nueva Delhi: Pacificar a los niños entregándoles dispositivos digitales cuando tienen rabietas puede impedirles gestionar las emociones en el futuro, lo que puede convertirse en problemas de gestión de la ira, según ha descubierto una investigación.

Por el contrario, se descubrió que los padres de niños, que ya tenían un control emocional deficiente, dependían demasiado de los dispositivos electrónicos para silenciarlos, empeorando las condiciones preexistentes.

Se sabe que un niño aprende mucho sobre el autocontrol, incluso cómo elegir una respuesta deliberada en lugar de una automática, durante los primeros años de su vida.

Sin embargo, un equipo de investigadores de Hungría y Canadá descubrió que la reciente tendencia de distraer a los niños mostrándoles contenido en tabletas y teléfonos inteligentes para controlar sus respuestas emocionales desagradables puede paralizar su capacidad de reconocer y gestionar eficazmente las emociones en el futuro.

"Las rabietas no se pueden curar con dispositivos digitales. Los niños tienen que aprender a gestionar sus emociones negativas por sí mismos. Necesitan la ayuda de sus padres durante este proceso de aprendizaje, no la ayuda de un dispositivo digital", Veronika Konok, investigadora de Eotvos Lorand University, Hungría, y primer autor del estudio publicado en la revista Frontiers in Child and Adolescent Psychiatry.

Siguiendo a 300 padres de niños (de dos a cinco años de edad durante un período de un año) los investigadores encontraron que los niños, que fueron tranquilizados usando dispositivos digitales, mostraron peores habilidades para manejar la ira y la frustración. Se pidió a los padres que respondieran a cuestionarios que evaluaban cómo ellos y sus hijos utilizaban los medios.

Por el contrario, el equipo también descubrió que un control deficiente del comportamiento en un niño significaba que los padres recurrieran con más frecuencia a dispositivos digitales como herramienta de gestión.

Los autores encontraron que cuanto más dispositivos recibían los niños cuando hacían berrinches, menos se les veía haciendo un esfuerzo deliberado para controlar su comportamiento.

"No es sorprendente que los padres (usen con más frecuencia dispositivos digitales para calmar a los niños) si sus hijos tienen problemas de regulación de las emociones, pero nuestros resultados resaltan que esta estrategia puede llevar a la escalada de un problema preexistente", dijo Konok.

Destacando la importancia de no evitar situaciones frustrantes para el niño, los investigadores recomendaron que los padres asesoren a sus hijos en los momentos difíciles, les ayuden a reconocer y manejar sus emociones.

Los autores también dijeron que los padres deberían recibir apoyo de profesionales de la salud a través de métodos de capacitación y asesoramiento, que sus hallazgos podrían ayudar a informar.

Esto podría beneficiar la salud mental y el bienestar de los niños, dijeron.