El Ministro de Regulación de Nueva Zelanda, David Seymour, destacó la necesidad de una reforma regulatoria de Nueva Zelanda, citando áreas que se consideran particularmente excesivamente reguladas, incluidas las barreras a la inversión extranjera directa, la adquisición de licencias y permisos, y la carga administrativa y regulatoria.

"Es demasiado difícil invertir y los kiwis ven su productividad disminuida debido al tiempo que dedican a cumplir los edictos de Wellington", dijo Seymour.

El resultado de los indicadores quinquenales de regulación del mercado de productos de la OCDE debería acabar con todas las dudas de que el gobierno debe ir a la guerra contra la burocracia y la regulación, afirmó.

La calidad de la regulación en Nueva Zelanda está en caída libre, desde ocupar el segundo lugar en 1998 al vigésimo en la encuesta de este año, dijo, añadiendo que no es coincidencia que Nueva Zelanda haya experimentado un fuerte crecimiento de la productividad en los años 1990 pero se haya quedado atrás desde entonces.

El Ministerio de Regulación tiene como objetivo reducir la burocracia existente con revisiones sectoriales, mejorar el escrutinio de las nuevas leyes y mejorar la capacidad de la fuerza laboral regulatoria.

"La cultura legislativa necesita un cambio real, por lo que los kiwis dedican menos tiempo a cumplir y más tiempo a hacer. El resultado final son salarios más altos y costos de vida más bajos", dijo el ministro.

La encuesta de la OCDE, de alrededor de 1.000 preguntas, evalúa el grado en que las políticas y regulaciones promueven o inhiben la competencia en los mercados de productos.