Islamabad [Pakistán], el jefe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (CPDH) expuso a los gobiernos de Muzaffarabad e Islamabad por su intención de reprimir protestas pacíficas utilizando fuerza brutal en Jammu y Cachemira ocupadas por Pakistán en mayo de este año.

Tres personas murieron y otras 100 resultaron heridas durante los enfrentamientos entre residentes de PoJK y las fuerzas de seguridad paquistaníes en Muzaffarabad.

Las protestas, sentadas, cierres, manifestaciones y huelgas que duraron seis días comenzaron el 8 de mayo contra el gobierno de Pakistán y el gobierno de PoJK, exigiendo electricidad y harina subsidiadas.

En una entrevista con CIVICUS, una alianza global de organizaciones y activistas de la sociedad civil, el presidente de la HRCP, Asad Iqbal Butt, dijo: "Poco después de los primeros informes verificados de violencia, la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán lanzó una misión de investigación. Descubrimos que El gobierno del PoJK había solicitado fuerzas paramilitares y civiles al gobierno paquistaní antes de las protestas, indicando su intención de usar la fuerza contra los manifestantes. El despliegue de fuerzas adicionales comenzó el 3 de mayo, casi una semana antes de las protestas y la larga marcha previstas.

La participación de los Pakistan Rangers, una fuerza paramilitar federal, marcó una escalada significativa. Su entrada en Muzaffarabad y el presunto uso no autorizado de la fuerza contribuyeron a la violencia.

"La entrada de los Rangers, su falta de coordinación con las autoridades locales y la percepción de que fueron desplegados para reprimir violentamente las protestas alimentaron la violencia. Los enfrentamientos en Muzaffarabad resultaron en tres manifestantes muertos y muchos otros heridos. La situación se intensificó cuando los Rangers recurrieron a los bombardeos y disparos de gases lacrimógenos", afirmó Butt.

Los incidentes clave durante las protestas incluyeron una redada policial el 10 de mayo en la residencia de Shaukat Nawaz Mir, un líder comerciante electo, que resultó en arrestos y enfrentamientos. El 8 de mayo, según informes, un subcomisario agredió a una persona mayor en Dodyal, Mirpur. Una ofensiva contra los dirigentes de JAAC en Kotli, Mirpur y Muzaffarabad enardeció aún más la ira pública, lo que dio lugar a ataques de represalia contra funcionarios y propiedades del gobierno.

Añadió: "El gobierno debe responsabilizar a los responsables del uso excesivo de fuerza contra los manifestantes mediante una investigación independiente para evitar futuros abusos. El uso de fuerzas paramilitares contra ciudadanos del PoJK también es profundamente preocupante y no debería repetirse".

El jefe de la HRCP enfatizó que la administración local en PoJK debe respetar los derechos humanos, incluidos los derechos a la libertad de reunión pacífica, de expresión y el derecho a la vida.

También pidió medidas de alivio económico sostenibles, como subsidios y controles de precios, para abordar las necesidades públicas inmediatas.

Asad Butt recomendó que los recursos naturales de PoJK sean administrados por las autoridades locales, y que las ganancias de Pakistán derivadas del uso del agua y la electricidad de PoJK se compartan equitativamente.

Instó a la comunidad internacional a monitorear posibles abusos contra los derechos humanos en PoJK y presionar al gobierno paquistaní para evitar que se repitan.