Washington, DC [EE.UU.], las organizaciones de derechos humanos condenaron colectivamente a China por desestimar recomendaciones cruciales destinadas a mejorar su deteriorada situación de derechos humanos, como lo demuestra el último Examen Periódico Universal (EPU) realizado por la ONU en enero de 2024.

Según una declaración de Campaigns for Uyghurs, de 428 recomendaciones, China aceptó 290, aceptó parcialmente 8, tomó nota de 32 y rechazó 98 recomendaciones.

La declaración, respaldada por múltiples organizaciones, enfatizó que las recomendaciones aceptadas eran principalmente superficiales y no abordaban cuestiones importantes como los crímenes contra la humanidad, la tortura o la persecución de periodistas y defensores de los derechos humanos.

La declaración señaló que el enfoque de China hacia el proceso del EPU se caracterizó por la presentación de información falsa y la exclusión de la contribución de grupos de la sociedad civil nacional.

A pesar de estas manipulaciones, algunos países plantearon preocupaciones sustanciales basadas en evidencia de ONG y organismos de la ONU.

Sin embargo, China rechazó categóricamente todas las recomendaciones relacionadas con detener las violaciones de derechos humanos y poner fin a las represalias contra los críticos.

La respuesta de las organizaciones de derechos humanos subraya la profunda preocupación por el enfoque desdeñoso de China ante el escrutinio internacional y la urgente necesidad de una acción global concertada para abordar los continuos abusos contra los derechos humanos.

China ha enfrentado críticas generalizadas y acusaciones documentadas de violaciones de derechos humanos en diversos ámbitos.

China ha sido acusada de detener a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en campos de internamiento con el pretexto de combatir el extremismo.

El informe de la ACNUDH de las Naciones Unidas de agosto de 2022 destacó acusaciones de detenciones arbitrarias masivas, tortura, trabajos forzados y esterilización de musulmanes uigures y otras minorías.

Además, informes de organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional corroboran estas acusaciones a través de imágenes satelitales, testimonios de sobrevivientes y documentos gubernamentales filtrados.